Transparencia ESG y la nueva presión regulatoria

Las regulaciones sobre sostenibilidad y divulgación de emisiones están redefiniendo la forma en que las empresas gestionan sus cadenas de suministro.
Cada vez más gobiernos y organismos internacionales avanzan hacia la obligatoriedad de los informes ESG, especialmente en lo relacionado con las emisiones de Alcance 3, aquellas que se generan en las operaciones de proveedores y clientes.

Este cambio trae consigo dos realidades:

  • Desafíos, como la falta de datos confiables, la dificultad para medir impactos indirectos y la necesidad de fortalecer procesos internos.
  • Oportunidades, como construir relaciones de confianza con socios comerciales, fortalecer la resiliencia de la cadena de suministro y descubrir nuevas áreas de eficiencia y valor compartido.

De acuerdo con expertos en sostenibilidad, el primer paso para avanzar es entender el punto de partida: qué datos se tienen, cómo se gestionan y qué brechas existen frente a los nuevos estándares.
A partir de ahí, el desarrollo de sistemas robustos de gobernanza, control de datos y reportes transparentes permitirá transformar la presión regulatoria en una ventaja competitiva y reputacional.

La integración de criterios ESG en la estrategia corporativa no solo responde a las normativas: mejora la eficiencia, atrae talento, aumenta la confianza de los stakeholders y asegura el crecimiento sostenible del negocio.

La transparencia ya no es opcional; es una exigencia del mercado y una oportunidad de liderazgo.

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