La cadena de suministro y las prácticas de adquisición son elementos fundamentales en la operación eficiente de los fabricantes de equipos originales. Sin embargo, en la búsqueda de eficiencia y rentabilidad, algunos OEM recurren a tácticas cuestionables que afectan a sus proveedores. A continuación, exploraremos dos de estas malas prácticas y sus impactos en la industria.
1. Agrupación y selección selectiva: el juego de cambiar las reglas después del partido
Cuando un OEM emite una solicitud de cotización (RFQ), tiene la opción de solicitar ofertas para piezas individuales o agruparlas en un paquete. La agrupación es una práctica común para incentivar a los proveedores a ofrecer precios competitivos. Sin embargo, la mala práctica surge cuando el OEM, después de recibir todas las ofertas, desagrega las piezas del paquete y las trata como cotizaciones individuales, un fenómeno conocido como «selección selectiva».
Esta estrategia da una ventaja injusta al OEM, ya que los proveedores proporcionan precios más bajos para paquetes completos debido a las eficiencias logísticas y de costos asociadas con la agrupación. Al desagregar las piezas, el OEM puede elegir ofertas individuales, perjudicando así la rentabilidad de los proveedores. Este enfoque unilateral puede resultar en la pérdida de márgenes para los proveedores y en una percepción distorsionada de los costos por parte del OEM.
La selección selectiva no solo es financieramente perjudicial, sino que también socava la confianza en las relaciones OEM-proveedor, dejando a los proveedores con una sensación de injusticia y falta de transparencia.
2. Mandatos directos de reducción de precios: desafíos éticos en la negociación
Los contratos de compra entre OEM y proveedores suelen abordar la fijación de precios y las condiciones durante la duración del acuerdo. Sin embargo, algunos OEM recurren a prácticas poco éticas al solicitar reducciones de precios fuera de los términos acordados, creando tensiones en la relación.
En algunos casos, los OEM pueden argumentar que los contratos permiten ajustes de precios basados en factores como aumentos o caídas en los costos incontrolables de los proveedores. Aprovechando la complejidad de los contratos, algunos OEM exigen reducciones de precios abruptas y significativas, incluso a mitad de un contrato de varios años.
Esta táctica, aunque legal, plantea desafíos éticos y de confianza. Los proveedores, que a menudo invierten en capacidades únicas para satisfacer las necesidades del OEM, pueden encontrarse en una posición vulnerable. La presión para aceptar reducciones de precios sin una base justificada puede amenazar la estabilidad financiera de los proveedores y poner en peligro su capacidad para cumplir con los compromisos existentes.